OS ENTREGO MI VIDA

jueves, 6 de mayo de 2010

VIVIR CADA MOMENTO DESCUBRIENDO LO BUENO-MEDITACIÓN II


Esta historia la encontré en uno de los muchos libros de oración y meditación del ya desaparecido Anthony de Mello. El relato me resultó gracioso y a la vez cargado de una sutil sabiduría en la que se me descubría, desde una historia china, lo que Jesús nos dice en algunas escenas del evangelio acerca de vivir con paz y la confianza en Dios los momentos difíciles, porque es ahí donde el Señor actúa de una forma misteriosa y especial: sacando de lo malo algo bueno

Un viejo sabio en la China que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: "Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo". El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?" Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: "¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!". Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo:"¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: "Es tan maravilloso, ahora tienes muchas posesiones". El viejo sabio respondió una vez más encogiendo sus hombros con las acostumbradas palabras: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles.Un día, el hijo estaba montando un caballo particularmente salvaje, se cayó y se rompió ambas piernas.Cuando los vecinos supieron, llenos de lástima le decían: "Qué cosa tan horrible lo que le pasó a tu único hijo".El viejo sabio nuevamente se encogió de hombros y dijo: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".Poco tiempo después, llegaron unos jinetes desde una villa cercana buscando a todos los hombres físicamente capaces para ir a la guerra y para ayudarles a proteger su villa de las bandas de ladrones que merodeaban por allí. Así fue como todos los jóvenes de las villas cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo sabio, quien tuvo que quedarse en casa porque sus dos piernas rotas aun no habían sanado. Todos los jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años

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