No sé si estamos al corriente de que lo que se nos narra en los relatos evangélicos del Nacimiento de Jesús, está lleno del significado salvador que supone para la historia toda la vida de Jesús de Nazaret: la liberación y la esperanza para aquellos que las sociedades de todos los tiempos han considerado apartados y "malditos" por diferentes motivos: raciales, sociales, económicos, ideológicos, religiosos..., en definitiva, a los que se les ha negado hasta el derecho de ser considerados "personas" y se les ha apartado sin misericordia, con una indiferencia más letal que la misma muerte. En Belén estas figuras marginales están representadas por los pastores a los que, no por casualidad, el acontecimiento del Dios con nosotros, se les anuncia con prioridad respecto a otros personajes contemporáneos: reyes, pueblo, sabios y sacerdotes judíos ¿por qué?, porque es en las situaciones personales y sociales al límite, en donde Dios demuestra todo su poder de amor y acogida. Los pastores, en definitiva son el prólogo de lo que será toda la vida de Jesús: la actitud de Dios con los hombres, una actitud de preferencia por los que más sufren y por los que son apartados por prejuicios y exigencias morales frías, sin amor, especialmente con el prójimo.
Los pastores, en la Palestina del siglo I, erán considerados gente sucia y zafia, vivían apartados por norma general, de los ambientes urbanos y religiosos, no participaban en la prácticas cultuales que exigía la Ley por lo que eran vistos como pecadores y por ello se les despreciaba, especialmente por los que se consideraban y gustaban de ser considerados judíos piadosos. Entendemos así mejor, cómo son escogidos por el Señor para despertar en ellos la esperanza por ser amados sin condiciones, amados por el mismo Dios que aquellos paisanos "piadosos" decían seguir y amar por cumplir su Ley. Todo un escándalo para los buenos de conciencia moral perfecta, y para los que frecuentaban los cultos del templo sin una vida en consonancia con dicho culto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario