OS ENTREGO MI VIDA

jueves, 26 de abril de 2012

Amigos. Tenéis material de trabajo en las carpetas de y de eso referentes a los temas Jesús, una vida entregada y Orar y celebrar; en el caso de 1º tenéis una presentación elaborada por profesores de religión de otros centros y en 2º tenéis fichas de trabajo del tema 7 (columna de la derecha). Espero que os sea útil.

viernes, 6 de abril de 2012

EL JUICIO CONTRA JESÚS

Publicado en Libertad Digital.

El juicio a Cristo

Por Pedro Fernández Barbadillo



 La aristocracia judía condenó a muerte a Jesucristo y lo entregó al poder romano para que lo ejecutase. Ese juicio es sin duda el más resonante de la historia de la humanidad. En él, el Sanedrín violó numerosas leyes del pueblo judío: no menos de una veintena.



En estos días, los cristianos recuerdan en la liturgia y en las lecturas evangélicas la Pasión de Cristo. Ésta comienza con la detención de Jesucristo por los criados del sumo sacerdote y la guardia del Templo. El siguiente paso es el juicio realizado por el Sanedrín, en el que sus miembros condenan a Jesucristo a muerte. Aunque el juicio se recubrió de apariencia legal, la sentencia ya estaba dictada de antemano, para lo cual el sumo sacerdote, Caifás, y sus acólitos no dudaron en vulnerar las leyes y los precedentes judíos.
Los hermanos Agustín y Joseph Lémann, judíos franceses que se convirtieron al catolicismo y se ordenaron sacerdotes, escribieron un libro, La asamblea que condenó a Jesucristo, en el que encuentran hasta veintisiete ilegalidades. Las fuentes documentales principales que usan son los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, los escritos del historiador Flavio Josefo –procedente de una familia de sacerdotes–, el Talmud y la Mishná.
El Sanedrín era el tribunal supremo de los judíos y lo formaban setenta y un miembros repartidos en tres cámaras: la de los sacerdotes –la más importante–, la de los escribas y la de los ancianos. El sumo sacerdote en esos años era, como ha quedado dicho, Caifás, y fue él quien presidió las deliberaciones contra Jesús. Su suegro, Anás, había desempeñado el mismo cargo, y aunque lo había dejado hacía tiempo seguía siendo consultado por su autoridad; sus hijos (Eleazar, Jonatás, Teófilo, Ananías y Matías) eran también sacerdotes y miembros del Sanedrín.
El procedimiento para una condena
Entre las normas que regulaban el Sanedrín como tribunal penal estaban las siguientes:
  • No podía juzgar ni reunirse en sábado ni en día de fiesta; tampoco lo podía hacer en la víspera de un sábado o de un día de fiesta.
  • No podía instruir un asunto capital durante la noche, ni comenzar la sesión antes del sacrificio matutino y continuarla después del sacrificio vespertino.
  • Los testigos debían ser dos, como mínimo. Declaraban por separado y en presencia del acusado. Se les tomaba juramento, y sus declaraciones debían ser coincidentes en todo; de lo contrario, sus testimonios se anularían. Por ejemplo, si se acusaba a alguien de idolatría, delito gravísimo, y un testigo decía que el reo adoraba al Sol y otro a la Luna, la acusación se anulaba.
  • Si se debatía una sentencia de muerte, ésta sólo podía dictarse al día siguiente del juicio. Además, los jueces tenían que reunirse por parejas para volver a analizar la causa; a fin de garantizar su ecuanimidad, la ley les prohibía beber vino y darse comilonas. Cuando llegaba la votación, un escriba anotaba apuntaba las absoluciones y otro las condenas.
  • Para aprobar la pena capital, los votos favorables tenían que superar en dos a los absolutorios. Y la condena había de pronunciarse en la llamada sala Gazit o de sillería, una de las dependencias del Templo.


Caifás, juez y fiscal
De acuerdo con los Evangelios, el Sanedrín dedicó al juicio de Cristo dos sesiones. La primera comenzó de noche, después del sacrificio vespertino y el primer día de ázimos, víspera de la Pascua. Ya hemos enunciado tres infracciones. A partir de aquí se acumularon. 
Caifás interrogó a Jesús a la vez que se sentaba entre los jueces. Los miembros del Sanedrín permitieron que un guardia abofetease al acusado. Los guardias del Templo presentaron a individuos del populacho como testigos de cargo, y muchos de ellos se contradijeron en sus testimonios; dos llegaron a declarar juntos. Todo esto contravenía las normas. Sólo por las contradicciones entre los testigos, el Hijo de Dios debió haber sido absuelto.
Ante el silencio de Cristo, Caifás trató de hacerle hablar: "Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías". A los testigos se les debía hacer jurar para que dijesen la verdad, pero no a los acusados, porque se les ponía en la alternativa de perjurar o acusarse a sí mismos. Una nueva ilegalidad.
Cuando Cristo respondió "Soy yo", Caifás se rasgó sus vestiduras, vulnerando así no sólo los códigos de conducta sino el mandato que le prohibía romperlas porque representaban el sacerdocio. Calificó él mismo el delito ("¡Blasfemó!"), detuvo el juicio ("¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?") y pidió la opinión de los demás jueces ("¿Qué os parece?").
Los miembros del Sanedrín dictaron la sentencia de muerte sin deliberación, en el acto, sin aguardar al día siguiente, y de manera tumultuaria. Tampoco aparecieron los dos escribas que anotaban los votos.
La sede del tribunal, una casa particular
Al día siguiente, el Sanedrín se reunió para debatir cómo presentar al pueblo judío la condena a muerte de Jesús, totalmente nula por la cantidad de irregularidades cometidas. La reunión comenzó al amanecer, antes del sacrifico matutino, y el día de la gran fiesta de Pascua: dos vulneraciones más.
De nuevo se interrogó a Jesús, que reconoció ser Hijo de Dios, y por segunda vez se produjo una votación en masa, no individual, y sin guardar los plazos exigidos.
La última de las irregularidades se cometió al principio del juicio: la sentencia de muerte se dictó en la casa de Caifás (el evangelista Juan dice que primero llevaron a Jesús a la casa de Anás, pero que luego le trasladaron a la de su yerno), cuando sólo podía haberse pronunciado en la sala de sillería.
Y así aparece escrito en el Evangelio de San Juan: "Llevaron a Jesús desde casa de Caifás hasta el pretorio de Pilatos".
De esta manera, Cristo pasó de las manos del Sanedrín a las de Roma, porque ésta había arrebatado a las autoridades judías el derecho de dar muerte a condenados (ius gladii). Los ejecutores de la condena tenían que ser los romanos. Y para persuadir a Poncio Pilatos, que no encontró culpa en Jesús, los sacerdotes montaron por medio de sus criados un motín para forzarle a crucificar al Mesías.
Los hermanos Lemánn se preguntan al final de su libro:

¿Quién es Éste contra quien el Sanedrín violó toda justicia?

VIERNES SANTO

Oh Cruz Fiel

jueves, 5 de abril de 2012

EL VERDADERO ROSTRO DE CRISTO

Noticia publicada en el diario LA RAZÓN.
                                                                                                                                                                          En la catedral de Málaga                                                                   El verdadero rostro de Cristo
El análisis forense de la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo permiten reconstruir el cuerpo del Crucificado. Actualizado 4 abril 2012 Compartir: | Imprimir | Corregir | Enviar | Comentar 7 Pablo Ginés/La Razón En la catedral de Málaga, hasta junio, puede verse un Cristo único, a tamaño natural, que no sigue la tradición artística de la imaginería española ni andaluza, sino los rasgos forenses que describe la Sábana Santa de Turín. Las heridas desgarradoras del látigo romano de tres correas acabadas en bolas de plomo, las más de 50 heridas sangrantes en la cabeza, que sólo un casquete de espinos pudo causar, un cuerpo con una rigidez cadavérica muy pronunciada, antes de que se iniciase la putrefacción, una lanzada en el espacio entre la quinta y sexta costilla... La Sábana Santa es elocuente para los forenses cuando se analiza con las herramientas modernas, pero la escultura que ha realizado Juan Manuel Miñarro es elocuente a simple vista. «Para realizarla me he olvidado de la tradición, del arte, me he centrado sólo en los datos forenses de la Sábana Santa combinados con los del Sudario de Oviedo», explica este profesor de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, cuya tesis doctoral se centra en la anatomía de los crucificados en la escultura. «Tengo 58 años y hago imágenes religiosas desde que acabé la carrera, pero la Sábana Santa cuenta lo que los textos bíblicos o las tradiciones artísticas no detallan». Cuando Constantino prohibió las crucifixiones en el siglo IV, el mundo olvidó con qué técnica crucificaban los romanos. De hecho, los evangelios no detallan que se usasen clavos al describir la ejecución de Jesús: sólo el apóstol incrédulo, Tomás, los menciona cuando pide tocar las heridas. Los artistas durante siglos pintaron clavos en las manos. Pero la Sábana Santa y la arqueología coinciden: el clavo va en el antebrazo... como parecen sugerir también las monedas de oro bizantinas del año 685 que se recogen en la exposición. En la Sábana Santa de Turín hay manchas de sangre, y también una imagen misteriosa, el anverso y el reverso de un hombre barbudo, sus manos cruzadas, sólo cuatro dedos por mano... igual que en las miniaturas del año 1150 del Códice Pray que se guarda en Budapest, como si el dibujante hubiese visto la Sábana a simple vista, antes de que desapareciese de Constantinopla en la Cuarta Cruzada, en 1204, para reaparecer en 1353 en Lyrey, Francia, en manos del caballero Geoffrey de Charny, heredero de cruzados franceses. En 1988 se tomaron fragmentos de la Sábana Santa para datarlas por Carbono-14 en tres laboratorios distintos en Arizona, Oxford y Zúrich. Esta prueba la databa como una tela producida entre el año 1260 y 1390. ¿Cómo puede entonces inspirar monedas, retratos o miniaturas de varios siglos antes? El productor de la exposición de Málaga, Álvaro Blanco Cruz, señala dos posibles causas de que la prueba del Carbono 14 sea ineficaz: que se tomasen para la prueba remiendos posteriores o que la prueba no funcione por ser tejido contaminado por causas ambientales, incendios, etc... Propiedades irrepetibles Álvaro Blanco enumera las propiedades de la Sábana, «nueve características que nadie ha podido reproducir juntas». «Es extremadamente detallada, y el microscopio muestra los arañazos del látigo romano. La imagen no usa tintes ni pinturas. Tiene muchas resistencia a las altas temperaturas sin que se pierda la imagen. No se decolora. Es un negativo gigantesco sobre lino, que sólo se ve al invertir la imagen, varios siglos antes de inventar la fotografía. Tiene manchas de sangre, de tipo AB, igual que el Sudario de Oviedo. La imagen es tremendamente superficial, apenas penetra en la tela, no muestra direccionalidad como una pintura. Y con la tecnología moderna podemos ver en ella volumen en el rostro, el cuerpo, la nariz, las mejillas, etc.» La exposición en la catedral de Málaga (Sabanasantaexpo.com) viajará a otras ciudades y países a partir de junio, con un bagaje de preguntas bimilenarias para el hombre y la ciencia del siglo XXI.






Los indicios de la historia y la ciencia

                                                                                                                                                                                     
  • AÑO 1150 D.C. El Códice Pray, de la Biblioteca Nacional de Budapest, representa al Cristo yaciente, con manos de 4 dedos y en la misma posición que en la Sábana Santa de Turín.
  • RIGOR MORTIS» Así envolvió la Sábana al cuerpo que contenía, con las rodillas elevadas por efecto del «rigor mortis» que se produjo tras la muerte del sujeto. MONEDAS BIZANTINAS El sólido de oro del año 685 muestra el agujero en la muñeca, como en la Sábana, y no en la palma como era habitual en el arte.                                                                                                                                                           
  • LA PISTA DE OVIEDO El Sudario o Paño de Oviedo envolvió así la cabeza de un hombre con heridas y sangre que coinciden en un 75% con las que se observan en la Sábana Santa de Turín.

JUEVES SANTO

jueves santo