La religión en la escuela:
Razones para una presencia
*Enseña a DESCUBRIR.
Enseña a descubrir el destino propio, personal e irreductible, aun en medio de la complejidad y de ese anonimato que hoy caracteriza nuestra vida.
*Enseña a ESPERAR.
Enseña a esperar, es decir, a comprender que la existencia no se agota en el instituto y que solo con la integración de los tres tiempos del hombre, del pasado en la memoria, del presente en el amor y del futuro en la esperanza hay un hombre sano y libre.
*Enseña a DIALOGAR.
Enseña a dialogar, no a emitir solamente una opinión o a confrontar opiniones, que puede llegar a ser la degradación del pluralismo.
*Enseña a CONVIVIR.
Enseña a convivir más allá de la escrupulosa tolerancia. Convivir con el prójimo significa el conocimiento de su diferencia, entender las razones de su diversidad, aceptar que, aun en la concordancia o en la discordancia nuestra condición de personas nos permite estar juntos.
*Enseña a MIRAR.
Enseña a mirar el mundo en su tridimensionalidad de realidades físicas verificables, de realidades intelectuales y culturales.
*Enseña a LEER.
Enseña a leer la vida, el periódico, los libros, que no es lo mismo que ver sin más.
*Enseña a PENSAR.
Pensar no es solo calcular, relacionar datos en una clase o en un laboratorio. Enseñar a pensar es dejar que se afecte el espíritu y que éste se deje fecundar por lo pensado; ha de conseguir que alumnos/as se atrevan a pensar desde sí mismos/as.
*Enseña a DECIDIR.
Enseña a decidir con fundamento, objetivamente, libremente. A decidir no por real gana, sino por real realidad analizada.
*Enseña a RENUNCIAR.
Enseña una realidad tan humana como la renuncia. Sólo es libre quien en aquella suma de niveles de su persona otorga a la razón analítica la capacidad de ser soberano de sus instintos.
*Enseña a VIVIR.
Enseña a vivir sin excluir ninguno de los elementos propios y naturales de la vida.
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