11.04.13
Aleteia: ¿Qué es la Nueva Era? (monseñor
Berzosa)
A
las 9:43 AM, por Luis Santamaría
Categorías : Nueva Era
Categorías : Nueva Era
¿Qué es la Nueva Era ? Un gran reto actual para la Iglesia : una nueva forma
de espiritualidad, de mística, de relación con lo divino. Responde a esta
importante cuestión monseñor Raúl
Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo, en el portal católicoAleteia.
1.La Nueva Era
es un fenómeno propio del siglo XX, la explosión de un nuevo tipo de
espiritualidad.
1.
La New
Age nace como una especie de
sensibilidad “epocal”, principalmente en los países y naciones de los llamados
primeros mundos. Cuando se tiene el estómago lleno, hay que llenar también la
cabeza y el corazón. Este nuevo fenómeno aflora como un gran pulpo, con
tentáculos en todos los ámbitos culturales, pero al que es muy difícil
descubrir los ojos y el cerebro.
¿Por qué se denomina al New Age también como“Era de Acuario”? -
Porque nos encontraríamos casi al final de un ciclo astronómico (Piscis) e
inicio de otro (Acuario). Hubo un tiempo en el que se vivió bajo el signo de
Tauro, y aparecieron los imperios y religiones de Mesopotamia. Vino después
Aries, y floreció la religión judía. El signo de Piscis, que comenzó su reinado
el 21 de marzo del primer año de nuestra era, ha sido denominado “crístico” (IXCIS).
Hacia el año 2016 el sol entrará en el signo de Acuario, y este signo traerá
consigo una nueva religiosidad mundial capaz de reconciliar todas las demás
religiones. Acuario va a suponer un nuevo orden mundial, una humanidad nueva ,
y una nueva religión. La New
Agecomportará una era de amor, concordia y luz, de verdadera liberación del
espíritu. Se habla del retorno de un nuevo Cristo: no el histórico Jesús de
Nazaret, sino de Maitreya.
La New Age (la “Era
Acuario”) constituye una verdadera bomba de relojería para las religiones.
Porque no se trata sólo de una religión más, ni de un nuevo movimiento o una
nueva secta. Es una completa “gnosis”,
o visión integral de la realidad. Y, lo que es más grave, no se enfrenta con el
cristianismo, ni con las religiones en general, sino que se instala en ellos; e
incluso utilizando su mismo lenguaje, su misma espiritualidad y sus mismos
símbolos, les da un sentido completamente diferente.
2.La Nueva Era
tiene una característica fundamental: es un nuevo narcisisimo, y al mismo
tiempo, una nueva concepción del universo.
2.
Junto al narcisismo y a la tendencia a pensar en
planetario, asistimos a un nuevo desplazamiento de lo religioso y a un nuevo
despertar religioso, algo así como una “nueva
espiritualidad para una nueva era”, una especie de “retorno de lo sagrado-reprimido”.
David Spangler (1999) resumía con estos adjetivos la Nueva Era : holística
(globalizadora: el todo en las partes y las partes en el todo); ecológica (La Tierra Gaia; nosotros somos como una
neurona del sistema nervioso central de la Tierra ); andrógina (el arco iris y el yin yang
son símbolos que tienen que ver con la complementariedad de contrarios);
mística (lo sagrado en todas las partes, incluida la vida cotidiana);
planetaria (las personas enraizadas en su propia cultura, deben abrirse a la
cultura universal buscando amor, compasión, paz, y un gobierno mundial).
3.La Nueva Era ,
aunque hunde sus raíces en los movimientos esotéricos del siglo XIX, es un
producto cultural típico de la crisis espiritual del siglo XX.
3.
Según otras opiniones sobre el origen y
desarrollo de la New Age,
ésta se remonta hasta los movimientos gnósticos de los ss. II-IV. Para otros es
la convergencia de la transformación del socialismo en ecologismo; y del
capitalismo individualista en narcisismo. Es algo así como la confluencia
natural “postmoderna” de la caída y transformación de las dos grandes
ideologías del s. XX. Hay quienes opinan que es fruto maduro de una
“religiosidad postmoderna”: del geocentrismo al antropocentrismo; y de éste al
cosmocentrismo.
Sobre su origen, el experto Luigi Brenzano, señala dos
corrientes diferenciadas en la New
Age: la europea y la norteamericana. La europea hunde sus raíces en la
sociedad teosófica (1875) deHelena Petrovna Blavatsky y Henri
Steel Olcott: pretenden llevar al hombre moderno, prisionero de los lazos
del materialismo y de los dogmas de las iglesias tradicionales, hasta las
fuentes de la antigua sabiduría, sobre todo oriental. Quiere ser una doctrina
“puente” entre Oriente y Occidente, entre cristianismo y esoterismo, entre
movimientos religiosos sectarios y los nuevos movimientos mágicos. En el s. XX,
destacaron Paul Le Cour (1871-1954) y Alice Ann Bailey (1880-1949).
La corriente Norteamericana, por su parte, tiene
como antecedente el transcendentalismo americano del S. XIX, como reacción al
materialismo y utilitarismo ilustrado. El autor más conocido es Ralph Waldo Emerson. Este nuevo
paradigma va tomando más forma en California en los años 50: desde grupos de
Rosacruz hasta la Unity School
of Christianity. Más tarde, en EE.UU., vino la revolución hippie, especialmente los
grupos underground, que se convirtieron en el caldo de cultivo de la New Age en Norteamérica. El mercado New Age
conjuga el bienestar y el bien parecer interno y externo, la alimentación y la
estética, la ciencia y la espiritualidad, la economía y la ecología.
4. Rasgos espirituales que definenla New Age.
4. Rasgos espirituales que definen
C. Vidal Manzanares se atreve, en una primera aproximación, y tomando como punto
de referencia el cristianismo, a realizar este breve resumen: no existe lugar
para un Dios Personal, creador y distinto de sus criaturas. Tampoco resulta
claro el concepto de criatura, puesto que se funde en la divinidad, o se la
valora sólo por sus niveles de conciencia, como si no tuviera consistencia
propia.
No hay lugar para rendir cuentas ante un Dios
Personal, ya que el hombre no es pecador o culpable, sino imperfecto, y esta
imperfección va despareciendo en la medida que se alcanzan niveles superiores
de conciencia, o mediante sucesivas reencarnaciones. Se ha escrito: “No somos pecadores por naturaleza,
ni nos espera ningún castigo eterno, ni venimos a este mundo con ningún pecado,
ni necesitamos a nadie que nos salve o redima, porque nunca hemos estado en
venta. En realidad nuestra esencia es inmortal y tenemos por delante un futuro
inimaginable”.
Los “puntos teológicos” del New Age son los
siguientes:
+ Una nueva divinidad, desdoblada en dos
realidades:
- Una especie de principio de totalidad frente al monoteísmo, que se define como teoría de los lazos, campos morfogenéticos, autoorganización del Universo, espiritualidad global, etc.
- Gaia (Gea) la diosa madre Tierra, entendida como ser planetario, organismo vivo, y cuyo “organo ejecutor” sería la humanidad. Todo lo que afecte ala Tierra
afectará al hombre. Todo está unificado. Hay que descubrir la dimensión
ecología en cada cosa y acontecimiento. Se sustituye la imagen paterna de Dios
por la materna inmanente, cuya energía todo lo sustenta e invade. La piedad y
religiosidad nuevas son matriarcales. Ni la fe en un Dios personal ni Jesús
como Dios son ya sostenibles. Sólo a través de una sintonía e identificación
mística con la naturaleza y el universo llegará el hombre a la libertad y
encontrará su humilde puesto en el devenir cósmico.
- Una especie de principio de totalidad frente al monoteísmo, que se define como teoría de los lazos, campos morfogenéticos, autoorganización del Universo, espiritualidad global, etc.
- Gaia (Gea) la diosa madre Tierra, entendida como ser planetario, organismo vivo, y cuyo “organo ejecutor” sería la humanidad. Todo lo que afecte a
+ Reencarnación positiva: El tema de la
reencarnación, dentro del New
Age, es algo muy popular. Tratado en forma científica y en forma novelada ,
es entendida como evolución optimista hacia la perfección total subjetiva y
personal, según los diversos niveles de conciencia adquiridos. No es la
reencarnación clásica oriental (más bien purgativa y purificativa), sino la
positiva: porque en cada vida conseguimos niveles de conciencia cada vez más
superiores. Unido al tema de esta reencarnación en sentido positivo, y para
encontrar una base fiable y plausible, se encontraría la creencia en cuerpos
energéticos, entre ellos un “cuerpo
astral”, y en la importancia y sentido de los “chakras”. Otra forma de
denominar los campos energéticos o el espectro energético es el“aura”,
que incluso, se afirma, puede ser fotografiada.
+ Una nueva cristología: La base de la Nueva Era se centra en
el nuevo regreso de Cristo. Pero de un Cristo total: capaz de unificar las
fuerzas espirituales de la humanidad, resumidas en el triángulo Luz-Amor,
Poder, capaz de darnos el nuevo agua de la Era de Acuario, y capaz de iniciarnos en nuevas
formas de conciencia e iluminación anterior. Cristo es el paradigma de la
humanidad, de la religión, y de la unión de las culturas orientales y
occidentales. Es la espiritualidad del Cristo-Cósmico, del Cristo-Energía, del
Espíritu Crístico-Universal, antes encarnado en grandes personalidades
religiosas: Buda, Krishna, Jesús de Nazaret, Mahoma. De cualquier forma, el
Cristo no es sólo uno, único, mediador y salvador. Se aplica a diversos
personajes, y, finalmente, a cada uno de nosotros.
+ Una nueva teología cósmica, capaz de cubrir el
vacío y sin sentido del hombre y la sociedad actuales, y abrir a una nueva
liberación más integral que la meramente racionalista-ilustrada o práxica. Es
una cosmología inspirada en la visión de Teilhard
de Chardin, pero dando un paso más: es la evolución transformadora de la
cosmogénesis a la biogénesis; y de la biogénesis a la antropogénesis. Una vez
vivenciada la antropogénesis como conciencia colectiva y vivencia del amor
total, se pasará a la noogénesis superior . Es decir, se pasa de lo natural
inerte a lo biológico; de lo biológico a lo humano; de lo humano a la
humanidad; y de la humanidad “nueva”, con conciencia ecológica y holística, o de
fusión, a una conciencia superior y perfecta. Todo ello moviéndonos dentro de
un inmanentismo (sólo un mundo: el nuestro) y de un panteísmo (todo es a la vez
natural y divino).
+ En búsqueda del maestro interior que llevamos
dentro:
Una espiritualidad experimentada personalmente; no a las mediaciones
institucionales (Iglesias) ni a las mediaciones sacramentales: La persona
humana, según la New Age,
es religiosa en el fondo de su existencia, pero no religiosa o religada a un
Dios personal. Es religiosa en relación a un sentimiento y percepción
originaria de la vida de la naturaleza, la percepción de sus leyes, la
inmersión en la corriente “sobrenatural” de la vida misma. Es, en resumen, “místicamente ecológica”, o
hace de la ecología su mística genuina. En aras de esta nueva mística debemos
acabar con lo objetual, lo dogmático, y las concepciones teológicas de las
grandes iglesias. La nueva teología y espiritualidad es funcional-dinámica y no
objetual-institucional.
+ Un método gnóstico-esotérico, de autorrealización
o del potencial humano: Cinco claves insistentes y subrayadas por la New Age: realización de uno
mismo; armonía con el cosmos; responsabilidad “histórica” para con la nueva humanidad emergente;
visión optimista de la realidad y del futuro; ampliación de los niveles d
conciencia; primado de la experiencia personal.
Se privilegia la experiencia (no tanto creer
como experimentar), la ortopraxis individualista frente a ortodoxia, la
autotransformación por “puños y métodos” a la carta. Es una conciencia
monista-progresiva del mundo (holismo) frente al dualismo cristiano. Y se
aprecia un optimismo y una escatología benévola (todos salvados por la
reencarnación) Se otorga el primado del amor como armonía-comunión, y de la
felicidad en forma de bienestar personal, ya aquí y ahora.
Este movimiento del potencial humano es uno de
los aspectos más valorados por los networks neperianos. El Human Potencial Movement se fija entres sus fines principales
el desarrollo de las potencialidades latentes en el hombre en su más amplia
disponibilidad para acoger experiencias de integración mente-cuerpo y todas las
técnicas de expansión de la conciencia: “Expandid
vuestra conciencia”, “Realizad
vuestro yo”, “Pensad en
positivo”, “Usad vuestro
potencial creativo”, son los gritos de guerra…
Algunos autores hablan de “autosalvación” en dos versiones: al no ser Cristo el
Salvador, las mediaciones salvíficas son “de
métodos de autodesarrollo”; y la misma escatología, en forma de
reencarnación, no es más que una “autosalvación”.
En el fondo, un nuevo concepto de religión (y de
mística): Las religiones como organización carecen de valor desde el punto de
vista de la verdad. Sólo tienen un valor social o histórico. La fe es una
confianza, un dejarnos mover por la verdad confiadamente. Ninguna importancia
tiene que se acepten unas ideas o no. Unos dicen que creen en unas doctrinas,
otros que no creen en ellas; sin embargo, su nivel de ser puede ser el mismo, e
incluso podría vivir con más fe, la persona que no acepta las creencias, y vivir
con menos fe quien las acepta.
La fe que tiene una persona no se nota porque
diga ‘creo en Dios’ o ‘no
creo’, se manifiesta por la confianza con la que vive, por la paz y el
equilibrio interior que expresa en su estar en la vida. La presencia de Dios, lo
divino, no es algo que hay que alcanzar y que es extraño a la vida diaria. Lo
divino es el trasfondo que tengo que descubrir en todo mi vivir. Es lo que dará
sentido a mi vida, lo que únicamente me realiza. El camino de la religión es
encontrar nuestra forma adecuada aquí y ahora de volver a unirnos a la Realidad , de religarnos.
5.La Nueva Era
plantea retos muy serios a la
Iglesia , en esta era postmoderna.
5.
En otro lugares, he escrito y definido otros
rasgos de la religiosidad de hoy. Los recuerdo:
- Una sociedad secularizada no es necesariamente
una sociedad a-religiosa…No es la pura indiferencia lo que caracteriza nuestra
sociedad sino el que las creencias escapan al control de las iglesias y
religiones tradicionales (Hervièu-Léger). No está en crisis lo sagrado
sino la “religión de iglesias”.
- La experiencia subjetiva es la norma religiosa
(G. Anleo). Lo religioso se contagia por contacto personal y por
contagio comunitario (P. Belderrain).
- Lo religioso hoy no se caracteriza por la
síntesis sino por la yuxtaposición de doctrinas y ritos (F. Champion).
- Del fiel practicante hemos pasado al peregrino
o coleccionador de experiencias y de religiosidad“a la carta” (Hervièu-Léger).
- Más grave aún: Se habla de una espiritualidad
más allá de la religión y se insiste en que lo que está en crisis en la
actualidad no es lo espiritual, sino, algunas formas de lo religioso:
concretamente las religiones institucionales tradicionales, que se encuentran
desorientadas, han perdido el contacto con la realidad y los sectores que
mueven la sociedad (jóvenes), no aciertan a comunicarse adecuadamente con sus
contemporáneos, y están en una permanente quiebra de credibilidad moral (ejem.
pederastia y pecados de la larga historia de la Iglesia ).
- La feligresía de las religiones tradicionales
se ha “autoexiliado” voluntariamente, en silencio y por la
puerta de atrás, sin plantear polémica con una institución con la que no creen
que sea posible dialogar. Y se han ido, en muchos casos, no por falta de
espíritu, de espiritualidad, sino precisamente por lo contrario: por
insatisfacción insoportable con el espíritu estrecho y muerto que se respiraba
de las instituciones religiosas.
- Se subraya que, tal vez, las religiones estén
muriendo por habérselas pasado su tiempo (su“kairós”) pero dejarán un
gran legado para la humanidad, lo mejor de sí mismas: la espiritualidad que
quisieron vehicular y que con frecuencia sofocaron.
- La espiritualidad del futuro se llamará “laica” o de “vuelta
a las fuentes” y de “recolocar la espiritualidad en su
lugar natural”: la profundidad existencial de la persona (su espíritu); una
espiritualidad de su propio cuerpo (ser más, sentir más, gozar más, amar más,
reir más, bailar más…); una espiritualidad de sentir al otro como experiencia
de lo sagrado; y una espiritualidad ecológica o de nueva relación sinergética
con la tierra.
Sobre los retos que esta nueva teología plantea
al cristianismo señalaremos, con M.
Fuss, que está en juego, al menos, las siguientes realidades: la
interpretación de lo religioso en clave panenteísta, fusionando cosmos-hombre y
divinidad, sin la necesidad de recurrir a un Dios Trascendente. La no necesidad
de un Cristo Mediador-Salvador, sino sólo como maestro interior. La necesidad
de volver a una experiencia de Dios profunda, personal y comunitaria. El
diálogo entre religiones. Y, finalmente, la profundización de dogmas como el
trinitario, cristológico y la pneumatología.
a) por un lado, ante la New Age nos encontraríamos en una versión
modernizada del sueño neoliberal norteamericano que desembocará en el fenómeno
de la globalización “económica”.
Sostengo en este sentido que la New
Age es como el “alma o espíritu” de la globalización económica
neoliberal. Baste leer, para reafirmar esta postura, las obras de Novak, Bell, Berger yFukuyama.
b) La New
Age, teológicamente, viene hundiendo sus raíces en lo que H. De Lubac denunció como los hijos de J. Fiore: la llegada de la
tercera época del Espíritu, superando al Cristo carnal, en diversas y variadas
versiones. Y convirtiendo el cristianismo en algo “desencarnado” (no sacramental ni eclesial) y
gnóstico.
c) Por otro lado, y al final de este recorrido
afirmamos que la moda de la
New Age se esfumará pero las preguntas planteadas por ella
permanecerán. Preguntas que hacen referencia al sentido del hombre, de la
naturaleza, y de la divinidad. Preguntas a las que el cristianismo ha sabido y
sabrá responder desde el misterio profundo e integral de Jesucristo, verdadera
y única fuente de agua viva. Hay que seguir apagando la sed de las generaciones “de edades medias en las que ha
cuajado” (abyssus abyssum
invocat); “cuando no se
cree en el verdadero Dios se cree en cualquier cosa” (M. Eliade); “cuando desaparecen los dioses de
los altares, se llenan de demonios” (Heidegger).
La mística cristiana, incluida la de genuina tradición carmelitana, encuentra
actualidad y misión relevante en esta tarea. Todo un reto lleno de esperanza.
FUENTE DE LA INFORMACIÓN ALETEIA
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