Hace un año, en la Basílica de san Pablo Extramuros en Roma, el Papa Benedicto XVI proclamó un año jubilar dedicado al apóstol san Pablo (del 28 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009), al celebrarse los 2.000 años del nacimiento del Apóstol de las Gentes. Se trata de “un año simbólico” pues nadie sabe exactamente cuándo nació. Es tal la importancia de este personaje para el cristianismo, se reconoce que en gran medida gracias a su labor, éste no se convirtió en una secta más del Judaísmo, que merece la pena disponer de información sobre su vida, una vida nada nada aburrida. Su personalidad y carácter se van descubriendo en su obra a través de sus exhortaciones y quejas ante los problemas y necesidades que fueron surgiendo en las comunidades que visitó y/o fundó, también Lucas, en el libro de los Hechos, nos da alguna información, como que nació en Tarso de Cilicia (Hechos, 21, 39), de un padre que era ciudadano romano (Hechos, 22, 26-28; cf. 16, 37). De igual modo, su epístolario supone un magnífico documento para conocer la realidad del cristianismo del siglo I.
Personaje controvertido, es indudable su papel organizador y su labor teológica en la Iglesia primitiva. Llamado con razón, Apóstol de los Pueblos, su labor misionera le llevó al corazón del Imperio donde fue ejecutado junto con Pedro, en la persecución decretada por Nerón contra los cristianos, Tácito [Anales XV, 44, 2-5]. Pincha aquí para obtener más información sobre San Pablo y sobre el año Paulino.
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